lunes, 8 de febrero de 2010

Más sobre Educomunicación

Convocados por Fundación Kine, Cultural y Educativa, y UNICEF Oficina de Argentina, el educomunicador y creador audiovisual Jordi Torrent, actualmente encargado de las iniciativas Media Literacy de la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas, y Roberto Aparici, ex presidente del World Council for Media Education, actualmente Director del Máster “Comunicación y Educación en la Red” en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) con sede en Madrid, mantuvieron varias charlas en torno a las nuevas alfabetizaciones y a la educación en materia de comunicación, tal como comentamos en el post anterior. Este intercambio fue realizado entre los días 8 y 22 de agosto de 2009.


Media Literacy o Educomunicación

En las conversaciones, Torrent comenta que cada mes aparece una nueva iniciativa de Media Literacy en alguna región del mundo y que con el reconocimiento oficial ha llegado su momento, demostrado por la normativa europea por la cual en 2011 todos los países miembros tendrán que reportar a la Comisión Europea el nivel de “media literacy” de sus ciudadanos. Aparici habla de los orígenes de la ML o “educomunicación” como prefieren llamarla. Aparici explica que en los años 60 del siglo XX comunicadores, educadores, filósofos y sociólogos en diferentes partes del mundo comienzan a designar estos estudios como “Iniciación a los medios de comunicación de masas”, “lectura crítica de los medios”, “recepción activa”, “educomunicación” o “educación en materia de comunicación”. Sin embargo, Torrent cree que el actual interés general en todo el planeta por la ML puede ser engañoso, cree que no está claro lo que entienden por ML unos y otros; “el Vaticano, por ejemplo, habla de “educación ética respecto a los media”, en Finlandia de “participación cívica a través de los media”, en Arabia Saudí de la “necesidad de incluir ML en las escuelas para proteger a los jóvenes de los efectos nocivos de los medios de comunicación”. El término ML despierta controversias. Torrente recuerda que algunos prefieren llamarla “educación en medios”, “de medios”, “alfabetización audio-visual”, “alfabetización mediática”, etc. y que parte de la confusión nace del término inglés que más difusión ha tenido, la llamada “media literacy”.
Aparici cree que es “imprescindible empezar a oír no sólo a los que han sido colonizados por nuestras instituciones, sino a aquellos que han podido sobrevivir y crear nuevas propuestas para acercarse al estudio de la educomunicación”. Y comenta que en Iberoamérica se ha llamado “Lectura crítica de medios”, a “Recepción activa”, desde “Educación de las audiencias”, a “Educación en o para la comunicación”. Según Aparici, la educomunicación se encuentra en una fase que incorpora “el ciberespacio y donde los participantes en este proceso pueden llegar a ser un medio de comunicación. O sea que, de alguna manera, marca el fin de la división de un mundo de emisores y receptores. Todos podemos ser en la práctica emisores, todos podemos ser un medio de comunicación.” Entonces, ¿dónde queda la figura del periodista? ¿Cómo encajará este modelo en donde todos podemos ser emisores de información el trabajo del profesional? Es un debate abierto...

La Educomunicación como derecho humano

Torrent cree que partiendo de la base que “la educación es un derecho humano (Artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos), la educomunicación obviamente también lo es” y agrega “de qué sirve el derecho a la expresión si los canales de la información no son accesibles al que se expresa y al que desea recibir la información.” Sobre este tema, Aparici le contesta que “la educomunicación es un área de conocimiento que está ligada a la libertad de conocer, comprender y expresarse en una multitud de formas.” Y dice que “así como fue una prioridad la alfabetización en la lectoescritura y, aún lo sigue siendo en muchas regiones del planeta, en los últimos años las tecnologías de la información y de la comunicación están definiendo nuevos derechos a los que deben tener acceso todos los sectores de la población.” Torrent afirma “que el concepto clave sigue siendo el de desarrollar un pensamiento crítico ante los mensajes de los medios de comunicación de masas. Ayudar a esclarecer que la visión del mundo que interiorizamos como verdadera es en buena medida el resultado de los mensajes mediáticos que absorbemos diariamente (del periódico a Internet, de la valla publicitaria al videojuego).”
El tema ha suscitado polémica porque hay intereses de por medio, intereses políticos. Aparici cree que “tener una sociedad mediáticamente analfabeta puede resultar de interés para ciertos gobiernos y empresas comerciales. Si la ciudadanía es analfabeta es más fácil de desarrollar estrategias de persuasión o de marketing. De alguna manera ya estamos viviendo ese fenómeno del fin de la ciudadanía por el apogeo del consumismo y del ciberconsumismo.” Tal como comenta Aparici, la inclusión o no de la educomunicación en el sistema educativo recuerda un poco el nacimiento de la escuela pública tal como se entendía hasta hace muy poco tiempo.
“Estamos hablando de un cambio educativo dentro de una estructura que no cambia. No sólo no cambia sino que tiende a reducirse más (más exámenes técnicos, menos arte, menos pensamiento). Se está reduciendo porque los jóvenes salen de la enseñanza media sin apenas saber leer y escribir. Hay una crisis, lo reconocemos. Pero las soluciones oficiales que se proponen siguen el antiguo esquena de “la letra con sangre entra”. Otras posibles soluciones pasan por el desmantelamiento general de la escuela tal como la conocemos actualmente. Estamos en plena revolución y crisis, sin líderes y sin banderas. Entendiendo que el “mercado” no es un líder, sino la expresión de un sistema económico. Es un momento fundamental de la historia humana, un mundo mejor es posible, pero un sistema social opresor, neo-feudal, también.” afirma Torrent. En este momento histórico al que tenemos el privilegio de asistir es importante también participar para que ese mundo mejor sea posible, y la clave puede estar en la educomunicación. Sin embargo, en España estamos un poco dormidos. ¿Verdad?


Un Minuto por mis Derechos es un proyecto de participación adolescente y sensibilización social que convoca a jóvenes entre 14 y 21 años a expresarse sobre sus derechos en talleres de lenguaje audiovisual y mediante la producción de videos de un minuto de duración. Es una iniciativa impulsada globalmente por UNICEF, que desde 2005 es promovida en Argentina por su oficina local y desarrollada por Fundación Kine, Cultural y Educativa.





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