Estamos ante un documental denuncia que el periodista Cristian Póveda ha querido dejarnos como muestra del trabajo que realizó y como reclamo ante la latente situación que asota a muchos jóvenes salvadoreños que ven en las bandas el único aliciente de futuro para sus vidas. Una concepción equivocada pero real, que enseña al espectador los vacíos estructurales y sentimentales de sus protagonistas. Para ellos, formar parte de la Mara y ser un miembro más de la banda, es equivalente a tener una familia y un cobijo; falso, eso sí, ya que como es obvio, las consecuencias no son nada gratas...problemas de integración social y un futuro incierto con nulas oportunidades laborales, o la cárcel es a lo único que pueden aspirar ellos. Ellas también, pero además cuentan con un doble factor de responsabilidad: los niños que traen al mundo y a los cuales ofrecerán la misma educación que ellas recibieron.
Como podemos ver, se trata de la típica pescadilla que se muerde la cola, pero esta vez, hasta arrancársela. Una pescadilla que arranca vidas, las de estos chicos; o la del propio periodista que se interesó por ellos e intentó conocer a fondo el mundo en el que viven. Sin duda, se trata de un documento que refleja a modo de espejo su día a día y que busca tener una finalidad social.
El periodista, como dice mi compañera Romina, buscaba ir más allá de una simple visión generalista. Póveda quería meterse en el meollo de la situación y contar de primera mano dicha experiencia, sin saber que eso le costaría la vida, nada más y nada menos que en manos de los mismos a los que se había acercado para intentar comprender. Sin embargo, y por desgracia, éste no es el único caso por el que profesionales de la información sufren consecuencias personales. Son muchos los que han muerto por contar "lo que no se debe" y por denunciar cuestiones como éstas.
Por último, quiero decir que he elegido el video 2 porque me parece el más ameno y mejor locutado. Resulta interesante la manera informativa con la que los compañeros han decidido empezar el montaje y la parte emotiva apoyada con música, resulta ideal para acabarlo. Me ha gustado mucho porque cuenta la actividad periodística de su autor pero también se centra en los protagonistas y sus circunstancias. Además, plantea incógnitas e incluso hace alguna crítica constructiva en cuanto a la falta de explicaciones más exhaustivas que den soluciones al problema. Felicidades por ello.
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